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El más grande hallazgo
Desde que nacemos, aprendemos a identificarnos con algo.
Nos enseñan que somos un cuerpo, con un nombre, una historia, una nacionalidad, unas creencias y una serie de experiencias que nos definen.
Nos convencemos de que somos este personaje, con sus éxitos y fracasos, con sus alegrías y tristezas, con sus miedos y esperanzas.
Vivimos tratando de mejorar a ese personaje, de protegerlo, de hacerlo exitoso, querido, respetado.
Y cuando algo amenaza su estabilidad, sufrimos.
Si alguien nos critica, nos sentimos atacados.
Si fallamos en algo, sentimos que no valemos.
Si perdemos a alguien o algo, sentimos que hemos perdido una parte de nosotros.
Si el futuro es incierto, nos llenamos de ansiedad y miedo.
Toda nuestra vida parece girar en torno a la supervivencia de este "yo".
Pero hay algo que rara vez nos preguntamos:
¿Quién soy realmente?
¿Por qué nos identificamos con lo que no somos?
Desde pequeños, la sociedad nos condiciona para creer que somos un "yo" separado.
Nos dicen:
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"Tú eres tu cuerpo."
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"Tú eres tu nombre y tu historia."
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"Tú eres tus pensamientos y emociones."
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"Tú eres lo que logras o fracasas."
Así, crecemos creyendo que somos una entidad individual, frágil, vulnerable, que necesita luchar para sobrevivir y ser feliz.
Pero, ¿es esto cierto?
Si nos detenemos por un momento, podemos notar algo sorprendente:
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El cuerpo cambia, pero tú sigues aquí.
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Los pensamientos vienen y van, pero tú sigues aquí.
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Las emociones aparecen y desaparecen, pero tú sigues aquí.
Si todo cambia, pero hay algo en ti que permanece, entonces… ¿qué eres realmente?
Cómo se construye la ilusión del "yo"
La mente es como una pantalla de cine.
Proyecta pensamientos, recuerdos, emociones, percepciones.
Y nosotros nos identificamos con la película, sin darnos cuenta de que somos la pantalla sobre la que todo se proyecta.
El "yo" es solo una historia, un pensamiento.
Pero lo que somos realmente es la consciencia en la que todo sucede.
La gran ilusión es que creemos que somos lo que cambia, lo que sufre, lo que busca.
Pero en realidad, somos lo que nunca cambia, lo que observa todo, lo que siempre está presente.
El valor de este descubrimiento: por qué ver la verdad cambia toda la vida
Si descubres quién eres realmente, el sufrimiento se acaba.
¿Por qué?
Porque el sufrimiento solo existe cuando crees que eres un "yo" separado.
Pero cuando ves que siempre has sido la consciencia infinita, todo cambia:
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El miedo desaparece, porque ves que lo que eres no puede ser amenazado.
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La ansiedad se disuelve, porque te das cuenta de que no hay un futuro que debas controlar.
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Las preocupaciones pierden su peso, porque comprendes que todo lo que sucede es solo una experiencia pasajera dentro de la consciencia.
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La vida se vuelve ligera, porque ya no necesitas defender una identidad.
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Aparece la paz absoluta, porque descubres que nada falta y nada sobra.
Cuando ves la verdad, todo el sufrimiento basado en la ilusión desaparece.
Este libro no es un conjunto de creencias.
No es un sistema de pensamiento.
No es una teoría.
Es una invitación a ver directamente lo que siempre ha estado aquí, a descubrir lo que realmente eres y a vivir desde esa verdad.
Si estás listo para el más grande descubrimiento, no tienes que hacer nada.
Solo tienes que soltar todo lo que creías ser y mirar lo que ya está aquí. Bienvenido.