¿Quién piensa mis pensamientos?

La mayoría de las personas viven toda su vida sin cuestionar jamás quiénes son realmente. Se despiertan cada mañana con la mente en marcha, arrastrados por una corriente incesante de pensamientos que van desde lo banal hasta lo existencial, sin darse cuenta de que están completamente identificados con esa voz interior que no calla nunca. Pensamientos sobre el pasado, proyecciones sobre el futuro, juicios, dudas, opiniones, comparaciones, preocupaciones, deseos… todos pasan como un torrente por la mente. Y la mayoría simplemente los da por ciertos, como si fueran verdades incuestionables. Como si fueran ellos mismos.

Pero un día —a veces por curiosidad, a veces por desesperación, a veces por gracia— surge una pregunta que lo cambia todo: ¿Quién es el que piensa?

No es una pregunta filosófica, aunque lo parezca. Es una bomba silenciosa colocada en el centro mismo del ego. No busca una respuesta intelectual, busca destruir una suposición: la suposición de que hay alguien ahí, alguien sólido, alguien que piensa, alguien que controla. Esa suposición es tan profunda y está tan arraigada que constituye la base misma de lo que llamamos “yo”.

Este libro nace para invitarte a mirar de frente esa pregunta. No para que la resuelvas con la mente, sino para que permitas que te atraviese. Para que mires directamente, sin filtros, sin conceptos, sin libros, sin gurús, y observes qué ocurre cuando buscas al pensador... y no lo encuentras.

No se trata de que dejes de pensar. El pensamiento no es el problema. El problema es haber olvidado que tú no eres lo que piensas. Has confundido al narrador con el protagonista. Has tomado una herramienta —la mente— como si fuera tu identidad. Y eso, inevitablemente, conduce al sufrimiento.

Las tradiciones más antiguas del mundo ya lo sabían. El Advaita Vedanta en la India, el Dzogchen en el Tíbet, el Zen en Japón, los místicos cristianos y sufíes, el Curso de Milagros en Occidente… todos apuntan al mismo descubrimiento: no eres un cuerpo, no eres una mente, no eres una historia. Eres conciencia. Eres presencia. Eres silencio.

Este libro no busca darte nuevas creencias. Busca invitarte a soltar todas las creencias que has adoptado sobre ti mismo. No quiere darte una respuesta más. Quiere desmantelar la falsa pregunta.

Y para eso, solo necesitas una cosa: tu atención. Tu honesta, desnuda y silenciosa atención. Si puedes mirar dentro de ti sin juzgar, sin esperar, sin querer que pase nada especial… verás lo que siempre ha estado ahí.

Porque en el fondo, tú ya sabes que no eres quien piensas que eres.

Solo necesitas recordarlo.